El proyecto que hemos llamado “Leyendo Buenos Aires” constituyó una investigación sistemática sobre las bibliotecas públicas de la Ciudad de Buenos Aires, a partir de datos masivos, que se extendió por, aproximadamente, más de dos meses. Durante ese período, fuimos testigos de los cambios y replanteos de nuestras preguntas, de comprobaciones y refutaciones de nuestras hipótesis y, sobre todo de mucho aprendizaje en este campo específico que implica trabajar con big data.
Paradójicamente - y de haberlo
planificado no hubiéramos siquiera soñado que podría realizarse- el Gobierno de
la Ciudad estaba trabajando, a la par nuestro, en la elaboración de un proyecto
que involucra a la Red de Bibliotecas la Ciudad y que, se nos presenta hoy, una
vez finalizada nuestro estudio, como la síntesis más acabada de nuestros esfuerzos
de investigación. El llamado Proyecto Bibliotecas Siglo XXI, fue
dado a conocer el pasado 22 de abril en la página web de Buenos Aires Ciudad y,
consiste en un “plan de transformación de
las bibliotecas en centros vitales de conocimiento y experiencias en los
barrios”.
Al enterarnos de él, nos dimos
cuenta que nuestra investigación podría resultar de gran ayuda en vistas del
diseño, puesta en marcha y futuro perfeccionamiento de este proyecto ya que, Bibliotecas Siglo XXI se presenta
como un formato interactivo y abierto a la participación de los habitantes. Así
que, ¿Por qué no contribuir con él a partir de un mirada específica desde las
Ciencias Sociales?
A continuación, planteamos una
serie de conclusiones de nuestro trabajo investigativo de las cuales pueden
desprenderse, también, un conjunto de recomendaciones para cualquier proyecto
futuro que se aboque a trabajar con las Bibliotecas de la Ciudad de Buenos
Aires.
Derribando mitos: La
Bibliotecas Públicas no están despobladas
Las propias autoras de este
trabajo caímos en la trampa del sentido común. Así, como el común de la gente,
también nosotras nos vimos inclinadas a pensar que las bibliotecas de la Ciudad
eran espacios llenos de polvo y telas de araña, vaciados de gente, obsoletos en
medio de la era digital, de e-books gratis al alcance de un par de clicks.
Sin embargo, los datos masivos
abrieron nuestros ojos en otra dirección. Nuestra primera conclusión apunta a derribar un mito creciente en
nuestra sociedad: las bibliotecas
de la red de la ciudad de buenos aires distan de estar despobladas y, por el
contrario reciben enormes caudales de visitantes año a año.
No pretendemos desentendernos de
las características actuales de nuestras sociedades digitales. En este sentido,
es preciso aclarar, que si bien es cierto que haya una tendencia a la baja de
la recurrencia de la gente a las bibliotecas, en líneas generales, los
volúmenes de visitantes año tras año sigue siendo considerable y, de hecho,
debiera ser considerado por quienes se propongan llevar a adelante un proyecto
como el de Bibliotecas del Siglo XXI.
Todo proyecto que apunte a
trabajar con bibliotecas debería proponerse, al hacer de ellas su objeto de
estudio, conocer estos primeros resultados que hemos obtenido. Claramente, no
es lo mismo pensar las bibliotecas como de naturaleza despoblada a la hora de
fijar objetivos preciso: ¿Se necesitará
atraer gente a ellas desde cero o hay que analizar los factores por los que la
gente, de por sí, sigue yendo a las bibliotecas y, a partir de allí, continuar
incentivando dicha recurrencia?.
Muy de hecho, sería válido
preguntarse, a la luz de estos resultados: si la gente sigue yendo, ¿por qué
transformarlas?
Nuestra primera recomendación,
sería que se conozca a fondo la naturaleza de aquello que se quiere
transformar: construir “bibliotecas del futuro”, tiene siempre
necesariamente, su anclaje en el presente.
Acerca de los funcionamientos
tradicionales de una Biblioteca Pública
¿Cómo es una biblioteca ideal? Eso, se pregunta el proyecto del
Gob. de la Ciudad de Buenos Aires y,
pretende ser éste, el disparador de la transformación. Eso, es justamente lo
que nosotras, también, nos cuestionamos al iniciar esta investigación.
Más sencillo, aún: ¿Qué es una biblioteca?
La pregunta sobre el qué, refiere
a los funcionamientos de las bibliotecas dentro de un entorno social
particular. La UNESCO, define dicha función como la de "Contribuir al desarrollo integral de los miembros de una
comunidad determinada y a su propia identidad, con la participación de la
comunidad, actuando como puente entre la cultura acumulada y el libre acceso de
dicha comunidad a la información, conocimiento y recreación".
Muy abarcativa y poco clara.
Pero, yendo a lo concreto: ¿cómo funciona una biblioteca de
administración pública en el presente mundo smart?
¿Es un espacio de lectura? ¿Es un
lugar de aprendizaje? ¿Es un centro cultural?
La segunda conclusión,
evidente a la luz de los datos, es que las
bibliotecas ya no están funcionando como espacio de lectura.
Cotejando la cantidad de visitas
por biblioteca con la cantidad de libros extraídas de cada una de ellas durante
el mismo período de tiempo pudimos comprobar que efectivamente, no es a leer a
lo que la gente va a las bibliotecas. Mejor dicho, no a “leer” en su sentido estricto, sino más
bien a sacar libros. En todo caso si estas continúan siendo espacios de lectura
en su sentido literal, es decir como lugares a los que la gente va a sentarse y
leer, claramente los datos muestran que la gente no retira los libros de sus
estantes, lo cual, no se revela una inminente transformación de sus funciones
tradicionales.
Nuestra segunda recomendación,
está vinculada a pensar que: Todo proyecto que apunte al mantenimiento,
recuperación o reapertura, e inclusive - como el proyecto del gobierno de la
ciudad- a la transformación de las bibliotecas, tiene que partir de una base
concreta: entender cómo funcionan ellas actualmente.
tal como está descrito en la
página del gobierno de la ciudad, el proyecto Bibliotecas Siglo XXI “Busca que las
bibliotecas ocupan un lugar central en la extensa comunidad de lectores y
hacedores culturales de la ciudad. Para ello, ampliará sus funciones con
distintas acciones propias de los centros culturales.”
Ahora bien, ¿no están ya cumpliendo la
función de centros culturales? En este sentido se orientan nuestras siguientes
resultados y conclusiones.
Bibliotecas publicas: aprendizaje,
cultura y recreación.
En vistas de lo analizado en el conjunto
de variables culturales, hemos concluído que las bibliotecas de la Ciudad están
desarrollando actualmente variadas actividades por fuera de su tradicional
función: la de ser un espacio de lectura y estudio.
Podemos afirmar, en primer lugar,
que las
bibliotecas de la Ciudad están cumpliendo una función cultural. Más
allá de estar tradicionalmente vinculadas a la cultura literaria, hoy en día,
también son espacios para compartir y celebrar el arte y la música.
Pudimos comprobarlo realizando
una simple contrastación de datos. Al comparar las Bibliotecas Públicas con los
actuales Centros Culturales de la Ciudad, descubrimos no sólo que la cantidad
de asistentes por año era mayor en las bibliotecas que en los centros, sino
también, que en todos aquellos casos
en donde en un barrio determinado, una biblioteca pública no tenía cerca un
centro cultural, ésta asume instantáneamente sus funciones,
convirtiéndose en el vértice dinamizador de esas comunidades. Se constituyen
así, en centros neurálgicos de encuentro, recreación y difusión de
conocimiento.
En este sentido, - y también
formando parte de actividades para la difusión cultural- la mayoría de ellas
participó de la llamada “Noche de los
Libros” y que, gracias ella, la cantidad de visitantes se incrementó
durante el período analizado (2015). La noche de los libros, pensamos
contribuye a la llamada “función cultural” que las bibliotecas han ido
asumiendo actualmente, porque más allá de su nombre, es una noche que se
propone el desarrollo de actividades recreativas múltiples como charlas,
talleres, recorridos guiados y, en muchos casos, verdaderos recorridos para
admirar la estructura edilicia de estos espacios públicos. Función cultural que se piensa, realiza y coordina ahora a un nivel
superior como parte de un programa de eventos culturales varios impulsado por
el gobierno (Agenda cultural BA)
Por otro lado, también es cierto,
que cada vez más las bibliotecas públicas son espacios de socialización. Son
lugares - podríamos definirlos - de primeros contactos con el mundo de las
letras. En línea con su función cultural, las bibliotecas también están
realizando una muy contundente función educadora, iniciando a los niños
y jóvenes en el camino de la lectura. De las 26 bibliotecas mapeadas en la
ciudad, casi 18 de ellas, tienen en zonas cercanas a sus instalaciones un
colegio primario o jardín de infantes con los cuales podrían realizar
potencialmente actividades conjuntas. Esto nos condujo a pensar qué lugar le
daban a la lectura infantil. Siendo que el colegio es el segundo lugar de
socialización de los niños, ¿qué lugar ocupaban semejantes espacios públicos
como las bibliotecas?. Descubrimos así, que muchas de ellas no sólo cuentan con
espacios especialmente destinados a la lectura infantil sino que también,
realizan con una bastante frecuencia actividades culturales particularmente
orientadas a la recreación infantil.
Es cierto que ambas funciones
(cultural y educadora) ya habían sido concebidas por la Unesco algunos años
atrás. Sin embargo, nuestra tarea principal consistió en comprobar en qué
medida realmente las bibliotecas de la
ciudad de buenos aires estaban funcionando realmente así, empezando por
el simple hecho de derribar el mito de que estas estuvieran despobladas.
Nuestras conclusiones, en esta línea, se inclinan a verificar que esos roles
educadores y culturales que le habían sido asignados a ellas por la
Organización de las Naciones Unidas, son parte de la realidad de las
bibliotecas argentinas y funcionan de una manera o bajo circunstancias
particulares, como fue analizado anteriormente.
El gran malentendido: Bibliotecas vs
Mundo Digital
Ahora bien, aquello sobre lo que
la UNESCO no trabajó (y que nos parece el principal desafío a abordar por
proyectos como los que está proponiendo el Gobierno de la Ciudad) es la
cuestión del rol de las bibliotecas dentro de la era digital.
Creemos que - y en función de
nuestro análisis- se ha cometido un gran
malentendido durante muchos años: pensar
que Internet antagoniza el rol tradicionalmente asumido por las Bibliotecas
como espacios de donde extraer el conocimiento.
Varios grupos conservacionistas
alrededor del mundo se reunieron para luchar y salvar a las bibliotecas de ser
desmanteladas, cerradas para siempre en consecuencia de sus bajos niveles de
concurrencia y poco atractivo para los llamados “nativos digitales”. Es una realidad, una verdadera preocupación
concreta. Más que una preocupación, un miedo. Cientos de miles de años de
literatura clásica y contemporánea, local e internacional, tiradas a la basura,
podrían desaparecer en un abrir y cerrar de ojos.
A partir de ello, orientamos
nuestras conclusiones en el siguiente sentido:
Nos parece absurdo plantear una
oposición entre Internet y las bibliotecas puesto que la realidad es que, hoy
día, estas no podrían sostenerse si no fuera gracias a su presencia y difusión
en la web por medio de las redes
sociales.
No es el antagonismo sino la
colaboración entre ambas instancias lo que es necesario privilegiar
actualmente. Nuestras conclusiones indican que de las 26 bibliotecas
analizadas, las más visitadas presentan un 75%de presencia en redes, es decir
cuentan con usuarios en facebook (que es la red social con la que decidimos
trabajar). En cambio, de las menos visitadas, su participación o presencia en
redes apenas llega a un 36%, con lo cual podemos inferir, como bien se muestra
en el análisis de la s variables que hemos llamado “digitales”, que dar a
conocer las actividades de las bibliotecas es un factor clave para la mayor o
menor recurrencia. No nos parece nada desacertado afirmar, que en el presente,
la difusión boca a boca, resulta insuficiente y por ello, la importancia de
pensar la incidencia el factor digital en un contexto característicamente
analógico como el de las bibliotecas.
Más allá de que la mayoría tenga
usuarios en facebook, encontramos una falla que resulta importante mencionar.
La difusión y actualización de esas páginas de facebook es bastante deficitaria
para la totalidad de los establecimientos. Hay una importante carencia de
contenidos frescos, bajos niveles de respuesta al público y en algunos casos
inexistencia siquiera de página para cada biblioteca.
En líneas generales pensamos que
este es un gran descubrimiento, sobre todo en referencia al rol que los
gobiernos son llamados a asumir respecto de estas bibliotecas bajo su
administración. Cuando la sociedad se ha vuelto cada vez más conectada, cada
vez más digitalizada, cuando todo parece ser e-books y mediatecas, ¿qué lugar
pueden cumplir las bibliotecas públicas en este contexto si no se las da a
conocer, no se las difunde?.
El primer paso para pensar los
nuevos funcionamientos de las bibliotecas públicas de la Ciudad de Buenos
Aires, implica entender que estas no tienen que competir con la tecnología, no
son las rivales de internet, ni tampoco, por diferentes a él, obsoletas en lo
absoluto.
Los nuevos funcionamientos de las
bibliotecas consisten primeramente en abrazar la tecnología e incorporar en
formas novedosas, agilizando, facilitando el conocimiento. Es por ello, que creemos que el proyecto
Bibliotecas Siglo XXI, suple la fallas que la UNESCO tuvo al definir el rol de
las bibliotecas en el mundo digital, y propone así: “abrir un laboratorio permanente para rastrear nuevos fenómenos y
generar aprendizajes sobre los cambios que se están produciendo alrededor del
universo de la lectura.”
En el centro de la dinámica
barrial
Parece ser que la clave de un
proyecto como el de Bibliotecas siglo XXI, es volver las bibliotecas espacios
relevantes dentro de cada barrio particular.
Si bien nuestro análisis, es un
poco más general, en el sentido de que nuestra unidad de análisis son las 15
comunas de la Ciudad de Buenos Aires, creemos que nuestras conclusiones en este
sentido también pueden ser de utilidad para tal objetivo.
El primer desafío tienen que ver
con conocer que marcan los indicadores sociales sobre cada barrio. En
nuestro análisis trabajamos con uno de los que nos parecía más relevante
vinculado a la cuestión de las bibliotecas: el nivel de alfabetismo.
Si bien, los niveles no son extremadamente altos en su generalidad, si es cierto que, en ciertas comunas en
donde hay importantes bibliotecas de la Red de la uidad, los indices sobre
analfabetiso son suficientemente elevados como para dejar fuera del marco de
participación de actividades culturales
a gran parte de la población. Si se busca convertir a las bibios
en “centros vitales de conocimiento”, en verdaderos motores de la comunidad, la
cuestión sobre el analfabetiso debe ser tenido en cuenta porque de alguna
manera, más o menos directamente, está repercutiendo en la recurrencia de la
gente a ellas.
En el mismo orden, localizamos el
problema del transporte. Acá la situación es más clara: las biblioteca más visitadas están todas cerca de alguna boca de
subte o estación de tren, mientras que las menos están todas alejadas de los
principales medios de transporte públicos. La accesibilidad es
entonces, un problema a plantearse y resolverse por las autoridades de la
Ciudad de Buenos Aires si se pretende, efectivamente, volver a esas bibliotecas
espacios de recurrencia habitual en los barrios. Poder llegar fácil y rápido a
ellas, es vital.
Leyendo datos masivos, Leyendo
Buenos Aires
Por último, no queríamos dejar de
mencionar nuestras experiencias en el trabajo y manipulación de datos masivos.
El título de nuestro trabajo no
es arbitrario: para poder leer a la Ciudad de Buenos Aires teníamos que aprender a
leer lo que los datos masivos no estaban diciendo sobre ella y sobre nuestro
problema de investigación.
La efectividad de nuestro
proyecto consistía, en primera instancia, en ser capaces de trabajar con
cantidades masivas de datos. Datos factibles de ser agrupados en variables y
sometidos a un examen cruzado. Parte de aquellos datos, los obtuvimos de Buenos Aires
Data, el portal de open data (datos abiertos, públicos y disponibles
para su análisis por cualquier persona o entidad) que se desprende de la
iniciativa “Gobierno Abierto” que lleva adelante el Gobierno de la Ciudad de
Bs. As.
La gran disponibilidad de datos presentes
de la red y su fácil accesibilidad nos permitieron trabajar con comodidad. Las
distintas herramientas de visualización y mapeos fueron muy útiles a la hora de
trabajar de manera flexible y novedosa. Gracias a ellas descubrimos que existen
nuevas maneras de contar un problema y de hacerlo atractivo para las distintos
públicos.
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